Más mermelada de arándanos, más tarta de manzana

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Ding ding. Has recibido una notificación: @ballerinafarm ha subido un vídeo de su parto en casa con el resto de sus hijos tremendamente rubios trotando a su alrededor, @ballerinafarm ha hecho ocho hijos y pan de centeno casero. Ding ding. @ballerinafarm ha hecho ocho hijos, pan de centeno, mermelada de arándanos y tarta de manzana. Scroll, scroll: @ballerinafarm ha decidido educar en casa a los ocho hijos que ha hecho mientras hace más hijos, más pan de centeno, más mermelada de arándanos y más tarta de manzana.

Christine Delphy escribió: “el trabajo doméstico supone la base de la explotación de las mujeres”. Donald Trump dijo, y muchos niños rubios trotando también dijeron: “Make America Great Again”. El hashtag tradwife no dice nada sobre la grandeza, pero sugiere la importancia de la tarta de manzana en cualquier hogar “en condiciones”.

Pero, ¿quién no quiere tarta de manzana recién hecha, una casa en propiedad, una prole de niños que parecen querubines, un horno de leña, un huerto, un marido que te desee, un vestido al estilo Ana de las Tejas Verdes, un rostro perfecto y limpio mientras das a luz en tu casa en propiedad, un rostro perfecto y limpio mientras aras tu huerto, ordeñas tus vacas y esperas a tu marido, que te desea y piensa que tu rostro siempre está perfecto y limpio?

Desear la abolición del trabajo asalariado es tan fácil como trabajar ocho horas diarias, seis días a la semana con un trayecto de más de treinta minutos a tu oficina, si tienes la suerte de trabajar sentado. Desear la abolición del trabajo asalariado es tan fácil como ser mujer -si esto significa algo más allá de la violencia que implica- y haber entrado en el mercado laboral mientras el trabajo doméstico sigue sin estar retribuido, mientras el trabajo doméstico sigue siendo labor de las mujeres dentro de esa institución tan aterradora como deseable que es el matrimonio, la heterosexualidad obligatoria, el marido que piensa que tu rostro siempre está perfecto y limpio.

Desear la abolición del trabajo asalariado parece tan fácil como cobrar el salario mínimo, vivir en un piso sin luz natural de 40 metros cuadrados y sin poder comprar pescado ni un solo día del mes. Ding ding: @ballerinafarm te ofrece un deseo aparentemente más alcanzable. 

Si tu salario mínimo no te da para un horno de leña y la falta de luz no te permite plantar tomates, al menos podrás comprarte la cuchara con la que @ballerinafarm remueve la nata montada. Y cuando el cansancio sea tan grande que no puedas usar la cuchara, -porque hay martes en los que una no puede mover ni una cuchara y menos hacer tarta de manzana-, sonará Ding ding y pensarás en el matrimonio, en la familia estructurada, en la propiedad privada, en la monogamia, en la vuelta a la autogestión, en todos los corderos del mundo en un rancho, en todos los corderos del mundo con un lazo al cuello y un cascabel y a ocho niños como querubines abrazando a todos los corderos del mundo. 

Corrijo: desear la vuelta al hogar como salida de la precariedad laboral es tan fácil. Es tan fácil porque por ahora muchas no conocemos otra cosa desde que nos fuimos de casa de nuestros padres, y quién no quiere estabilidad y comer bien y ser querida y vestir bien y estar siempre siempre guapa. Ding ding: @ballerinafarm tiene la fórmula, @ballerinafarm y 19K de mujeres más que sí que usan el hashtag #tradwife y los miles de blogs, perfiles de Instagram y TikTok que también lo usan. 

Una tradwife en TikTok decía que estaba harta de que las feministas le dijeran que es lo que tenía que hacer, que le dijeran que trabajar es un derecho que ha costado mucho conseguir, que trabajar es necesario para la independencia. Una tradwife en TikTok decía que ninguna feminista le podía decir cómo ser mujer, una tradwife en TikTok estaba en contra del trabajo, algo así es ¿no?, o ¿es en contra de la independencia de las mujeres -si es que esto de nuevo significa algo-?

Ding ding: Make America Great Again, o lo que es lo mismo, vuelve a casa, ama a tu marido, compra un rancho, no trabajes, no ganes dinero, acaricia a tus gallinas, haz mantequilla, todo con un rostro limpio, todo con un vestido limpio, todo en la continua espera de las gracias de tu marido. Ding ding: es tan fácil desear volver a casa y tener a ocho querubines corriendo, lo que no es tan fácil es llevarlo a cabo. Nuevo deseo de consumo desbloqueado e inaccesible. Has consumido tu tiempo establecido en TikTok, ¿quieres continuar? No debería, estoy en el trabajo.

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