Una mirada íntima a Vltramarino, el último libro del poeta y escultor José Luis Vicario
José Luis Vicario no trabaja con materiales sencillos, quedó claro en su última exposición: Transatlántido (Nave Sotoliva, Santander, 2025). En este sentido, la poesía funciona para él como un material escultórico más; un puente que le permite crear sin el peso de la materialidad física. Para hacer una escultura es necesario lo corpóreo, para esculpir un poema, solo son necesarias las palabras. El título de este artículo proviene de un sueño: el poeta esculpía unos pendientes en una plaquita de nácar azulado. Cuando le comenté el sueño, dijo: «eso sería imposible, pero aquí estoy haciéndote el otro». La escritura de José Luis Vicario es, ante todo, una imposibilidad posible. Formas cruzadas, significados ambiguos, una verdad sutil. Tuve la oportunidad de conversar con él sobre todo esto en la presentación de su último libro Vltramarino (Sonámbulos, 2025), en La Caníbal (Madrid, calle Argumosa, 28) presentado por Almudena Ávalos, jefa de gastronomía de El País.

Pregunta: ¿Por qué “Vltramarino”?
Respuesta: Vltramarino es un cuaderno de bitácora redactado durante la navegación de vuelta a Nueva York y mi regreso desde Buenos Aires. Recoge el proceso creativo del proyecto plástico Transatlántido, una exposición que realicé este verano en la Nave Sotoliva del Puerto de Santander. Es mi quinto poemario, y en él empleo la escritura como herramienta para fijar la intuición. Escribo con la misma libertad y empeño con la que elijo y empleo los materiales de la escultura.
P: ¿Por qué esa portada?

R: Intento que todo el libro sea una obra íntegra. Soy escultor, fabrico artefactos que trascienden en su forma, y en este caso, también con el contenido del texto. Me involucro en el objeto libro y decido: la calidad del papel, la tipografía, la proporción del objeto o su manufactura, y por supuesto, la portada. La obra Doble ida y vuelta, son dos urinarios ensamblados y es un homenaje al primer readymade de Duchamp de 1914. Creo que es la primera obra americana que influyó decisivamente en el arte contemporáneo. Esta escultura alude a los recorridos de ida y vuelta, al agua y a los caminos compartidos en la intimidad. Las hojas de la publicación de Vltramarino se mostraron en la exposición de Santander acompañadas de la escultura de la portada del libro. Los espectadores pudieron leer los poemas entorno a la escultura.
P: Estructuralmente llama mucho la atención ¿Es una distribución intencionada?
R: Soy un escultor que escribe. Estoy acostumbrado a intervenir en el espacio para obtener resultados tridimensionales precisos. Las doble cara del libro es el campo disponible para trabajar los textos. Cada poema se compone de cuatro apartados diferenciados por su posición y la tipografía, formando la estructura de los poemas. Hay una intención de que los poemas se articulan de esta manera, y facilitar la independencia a los fragmentos para que se lean por separado, relacionándose con los de su misma naturaleza a lo largo del libro, como si se tratasen de cuatro poemarios diferenciados.
Si una palabra dispone de entidad autónoma modulándose en el conjunto, cada uno de estos fragmentos se disuelven en el poema, pero también resuenan independiente. Su cualidad formal incide en su disolución en el poema, pero también en su independencia. El sentido de su lectura los enciende, como si fueran los troncos de una hoguera.
P: Eres un escultor que escribe o un escritor que esculpe ¿Es acaso necesaria esa distinción o división?
R: Soy un artista que trabajo con ideas y empleo el material idóneo para cada proyecto. Escojo el medio que mejor se ajusta al planteamiento. La esencia de una obra se basa en su capacidad de transmitir el alcance de su esencia pulsando el presente. La escritura es un recurso que permite volver a abordar el pensamiento y manejar su distribución. Estoy acostumbrado a trabajar con materiales muy diversos, pero la palabra tiene una dimensión concreta que estalla cuando se emplea la combinación adecuada. Aplico conceptos consolidados del arte contemporáneo a la escritura, y trabajo los textos con la misma libertad creativa.
La definición de una práctica artística no ayuda a la creación, pero facilita el orden de su catalogación.
P:¿Qué relación crees que existe entre el lenguaje poético y el material escultórico?
R: Primero habría que definir qué es lenguaje poético. Por ejemplo, las personas con Alzheimer evolucionan produciendo un lenguaje sintético que prescinde de la esencia del mensaje, pero mantienen toda la intención emocionada hasta desaparecer. Me interesa el arte contemporáneo que se mueve en la inestabilidad de los límites, cuando tiene el ansia de profundizar en respuestas sin pregunta. Los sentidos son quienes primero atienden a la materia. Hay un componente primario, previo al lenguaje, que nos conduce al instinto emocionado. Debemos luchar contra el análisis que el cerebro nos envía para salir de sus categorías establecidas y poder ampliar nuestro conocimiento ilógico, asumiendo la novedad propuesta.
P:¿Es posible no hacer arte aburrido en 2025?
R: ¡Has leído Los cuadernos de aprendizaje! Este trabajo de escritura se basa en repetir miles de veces la misma frase. Mientras repites durante semanas tu mente vuela. Lo comencé en 1994, en pleno proceso de formación, copiando una frase de John Baldessari: “No volveré a hacer arte aburrido”. La práctica artística es un mecanismo que aborda lo desconocido y somos los creadores quienes establecemos el contexto de nuestro proceso. Cada cual sabrá dónde quiere moverse y qué intereses desarrolla su trabajo. La idea de sencilla complejidad y de conocimiento experimental es una constante en mi trabajo, ¿A quién puede interesar un trabajo que aburre a quien lo hace? En mi docencia planteo este dilema en ocasiones de duda o hastío para desarrollar la capacidad de análisis.
P: También eres profesor, ¿de qué modo relacionas la enseñanza con la creación?
R: Creo que la investigación y la docencia son complementarias. Hay un compromiso que perdura con los años. La soledad del taller y la evolución de una práctica artística se revalidan cuando los planteamientos artísticos se comparten en la docencia para gestionar la creatividad en los procesos creativos. Desconozco los futuros intereses de los estudiantes y sus necesidades, pero pretendo que se afiancen en la libertad y en la confianza que ofrece el arte para afrontar los procesos que se planteen. Mis clases acompañan en el descubrimiento. Lo importante no es que yo enseñe técnicas, sino que los estudiantes aprendan los recursos creativos que acompañan al autoconocimiento con la práctica plástica.
P: Resume tu escritura en tres palabras.
R: Intención. Riesgo. Consecuencia.
Sensibilidad. Inteligencia. Asombro.
Ansia. Conocimiento. Trascendencia.
P: ¿Qué temes a la hora de crear?
R: El temor merma con los años, y crece la exigencia. Se desarrollan algunos superpoderes como la templanza, la valoración del aprendizaje personal, el manejo de la sustancia práctica o la enseñanza compartida. La investigación creativa surge de una necesidad vital que abre puertas a nuevas inquietudes. Temo que el nudo gordiano se disuelva con apatía.
P: Qué es lo que más disfrutas de la creación.
R: La creación me permite interesarme por lo que no comprendo. Mi práctica artística me permite profundizar en lo que me interesa con la libertad del que no tiene nada que perder y sí mucho que compartir descubriendo. El músculo de la creación desarrolla la invención esencial de uno mismo.

Y es que, cualquiera que haya leído a José Luis Vicario comprenderá que su poesía es como aquel pendiente de nácar esculpido: nace del sueño y para el sueño.

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