Una sociología de nuestra relación con el mundo
«Es suficiente con escuchar al viento para saber si somos felices»
Adorno
El sociólogo Hartmut Rosa es considerado uno de los herederos de la Escuela de Frankfurt, también conocida como «teoría crítica», que entre muchas otras cosas trataba de hacer ver la relación entre cuestiones de índole aparentemente más individual con la estructura social y las características de la cultura capitalista. Hartmut ha dedicado gran parte de su carrera a generar una teoría crítica de la modernidad vinculada a los cambios en cómo percibimos el tiempo. De esta forma fue tejiendo, poco a poco, su idea de la aceleración.
Aceleración: una característica de la modernidad
El tema de la aceleración no pilla por sorpresa a nadie. Es algo que todos podemos sentir en nuestro propio cuerpo y en nuestra propia vida. Cada vez hacemos las cosas más rápido: dormimos menos, comemos a prisa… y esta misma tendencia parece impregnar el mundo, que también cambia a intervalos cada vez más reducidos. De esta forma, parece que cada generación nueva debe reinventar el mundo entero, ya casi irreconocible para aquellos que vinieron antes.
Inicialmente, este crecimiento y aceleración parecían tener por fin una vida mejor. El avance tecnológico y la modernidad parecían irrumpir con la promesa de más bienestar, más felicidad y más comodidad. Sin embargo, hoy esa ilusión se ha desecho por completo y simplemente se han quedado los engranajes, ya desnudos, girando sin parar.
Ya sin un ideal que perseguir, corremos sin movernos del sitio, acelerando para mantenernos exactamente donde estamos. A día de hoy, el crecimiento no es un ideal sino una obligación. Un ejemplo claro es el mundo de la economía: la ausencia de crecimiento constante se considera crisis. De esta forma, esta aceleración se mantiene no ya corriendo hacia algo, sino huyendo de lo que viene detrás, de algo que nos pisa los talones y que nos alcanzará si frenamos.
Esto, para Hartmut, tiene que ver con que nuestra sociedad sólo se estabiliza dinámicamente, es decir, necesita de crecer e innovar constantemente simplemente para mantener el status quo y la estructura actual de las cosas. Aceleramos con la única finalidad de que todo se quede como estaba, de forma que en realidad vivimos una «inmovilidad fulminante que nos aleja sistemáticamente del mundo y de la vida».
Esta situación, consecuencia del modo de producción, también hiere fundamentalmente nuestra relación con el mundo. Extrañados de los lugares y de las personas que nos rodean, incluso de nosotros mismos, perdemos toda sensación de familiaridad. Al acelerar el ritmo de consumo, todos los objetos se vuelven desechables y reemplazables, por lo que tenemos mayor distancia emocional con los objetos que usamos. También muchas personas viven una sensación de dispersión y de distracción constante, de alienación con respecto a sus propios actos. Ante la aceleración del tiempo y la sobresaturación, nos vemos abocados a no poder prestar toda la atención que desearíamos a nuestros seres queridos, y cientos de personas pasan por encima de nosotros sin tocarnos; además, pasando de una cosa a otra constantemente, no tenemos espacio para integrar las experiencias que vivimos y que dejen huella en nuestra identidad, sino que vivimos una constante serie de episodios aislados.
En resumen, cada vez disponemos de más cosas y más rápido, pero perdemos progresivamente la capacidad de que realmente nos afecten. En sus propias palabras, «este mundo que se ha convertido en algo disponible parece volverse mudo, gris y vacío delante de nuestros ojos, nos deja fríos».
Esto da lugar al fenómeno del burnout, que para Rosa no tiene que ver sólo con la gran cantidad de trabajo sino sobre todo con la ausencia de todo horizonte de objetivos. «Verse forzado a crecer, acelerar e innovar sin término ni finalidad alguna, con el único objetivo de seguir en su sitio y no abismarse en la crisis desemboca en una imposibilidad existencial». Además, esta aceleración se constituye como una especie de «dictadura del tiempo», ya que estamos dominados y controlados por ella, pero es en gran medida invisible e infrateorizada.
Sin embargo, Hartmut no solo realizó un diagnóstico. Más adelante en su carrera, empezó a vislumbrar también una solución: la resonancia.
Resonancia: el origen de un concepto

Este concepto fue apareciendo poco a poco, a partir de una experiencia corporal y concreta del propio Hartmut. Él, que se dedicaba a contemplar desde su casa el atardecer de forma cotidiana, se dio cuenta poco a poco de que la manera en la que se relacionaba con el mundo y el mundo con él era diferente cada día.
«Cuando me sentía animado, parecía como si el mundo se abriera ante mí; literalmente, tenía la impresión de que había una infinidad de cuerdas vibrantes, que cantaban y reverberaban incluso, yendo de un lado a otro, entre mí mismo y el mundo, llamándome, invitándome hacia el mundo. (…) Cuando estaba de mal humor (…) estas cuerdas se volvían sordas y silentes. Ya no parecía que el mundo exterior cantase, más bien me clavaba la mirada de un modo casi hostil o se volvía indiferente por completo. Tenía, en verdad, la fuerte impresión de que las superficies del mundo se volvían duras, frías, me rechazaban.»
Remedio a la aceleración: Ensayos sobre la resonancia. Hartmut Rosa
Por ello, empezó a reflexionar sobre qué era lo que hacía que un día se sintiese íntimamente conectado con el mundo, en un juego de preguntas y respuestas con él, y al siguiente ese hilo vibrante desapareciese: de esta manera, llegó a un concepto fundamental.
Sacar al mundo del mutismo
«Cuando estoy resonando, hablo al mundo y me responde»
Remedio a la aceleración: Ensayos sobre la resonancia. Hartmut Rosa
Para él, esta relación no alienada con el mundo está contenida en el concepto de resonancia. Pero, ¿en qué consistiría eso exactamente?
Para Hartmut, estamos en resonancia cuando algo nos interpela profundamente, cuando nos conmueve de verdad, pero no sólo eso. Necesitamos sentirnos con la capacidad de responder íntimamente a ello, y además debemos vernos transformados por esta experiencia. Finalmente, subraya que la resonancia no se puede planificar: no podemos decidir cuándo y dónde sucederá.
Sin embargo, eso último no quiere decir que sea un proceso absolutamente aleatorio. Guarda una íntima relación con la cultura que genera nuestro modo de producción. A Hartmut no le interesa teorizar sólo una sensación individual, sino también reflexionar sobre qué condiciones sociales generan que el mundo se vuelva receptivo o indiferente hacia nosotros. Establecer y mantener relaciones receptivas con las personas, los espacios, las cosas y el mundo en general es una tarea que requiere mucho tiempo; un tiempo que nos es, por otro lado, sistemáticamente negado en esta dinámica de aceleración constante. En este sentido, inyectar un poco de resonancia en un sistema que tiende a imposibilitarla por naturaleza no es una solución lo suficientemente satisfactoria para el autor.
En este sentido, la sociología de Rosa no tiene que ver con una especie de slow life individual, sino que es también una propuesta política. Entre otras cosas, porque la resonancia «supone el encuentro con la alteridad», implica un encuentro con una voz que no es la nuestra y la disposición a permitir que este proceso nos transforme. Por ello, los movimientos totalitarios como el nazismo son un ejemplo de antirresonancia.
Existen muchos ejes de resonancia, pero uno de los más importantes es el amor. Para el autor, lo que diferencia a un simple conocido de un amigo íntimo es que con este último vivimos momentos de resonancia. También la vivimos cuando encontramos una pasión que hace que el mundo parezca colorido y sonoro, o cuando desaceleramos nuestra relación con las cosas que nos rodean. En sus propias palabras:
«Estamos no-alienados cuando entramos en resonancia con el mundo. Cuando las cosas, los lugares, las personas que encontramos nos impresionan, nos emocionan, nos conmueven; cuando nos sentimos capacitados para responderles con toda nuestra existencia.»
Remedio a la aceleración: Ensayos sobre la resonancia. Hartmut Rosa.
Bibliografía:
- Resonancia. Una sociología de la relación con el mundo. Hartmut Rosa.
- Remedio a la aceleración: Ensayos sobre la resonancia. Hartmut Rosa.
- Foto: Sz Photo/Sueddeutsche Zeitung Photo/Ritzau Scanpix.

Deja un comentario