Luna Miguel vuelve a librerías con Incensurable, un libro indefinible en su género y, ante todo, necesario que partiendo de los peligros de la censura nos revuelve ante los peligros del «yo»
Incensurable (Lumen, 2025) se presenta como una novela y como una conferencia transcrita, como ficción y como ejercicio copista. Como propuesta y como trama. Como celebración de la lectura y como advertencia. Como espejo y como ruptura. En definitiva, con Incensurable, Luna Miguel rompe con la idea de genio y se posiciona alegremente del lado de la escritura no-creativa para regalarnos un manual de lectura de lo censurado.
- Matar al genio es reconocer las palaras de lxs otrxs que resuenan en unx mismx
- Matar al genio es generar nuevas semánticas con aquellas palabras manidas y presentes
- Matar al genio es reordenar conferencias y nombres, grabaciones y películas, conversaciones y listas
- Matar al genio es dejarse tocar
- Matar al genio es copiar y pegar
Kenneth Goldsmith definió la escritura no-creativa como un ejercicio renovador que sirviéndose del copiar y pegar, del parafraseo, de la memoria, de los tickets de la compra, de la lectura de lxs otrxs o de la transcripción podría reformular nuestra concepción de la literatura al derribar la idea de originalidad, de unicidad, de genio.
Con esto no debe entenderse que la literatura esté condenada, que solo quede remover sobre lo creado. Esta posición es una apertura de posibilidades, «una mirada entusiasta hacia el futuro». No existe otra cosa que el plagio. No hay ideas originales. Hay construcciones originales y recontextualizaciones originales. Como señala Goldsmith en Escritura no-creativa (Caja Negra, 2015) «la construcción o concepción de un texto es tan importante como lo que el texto dice o hace», es decir, «el acto de elegir y recontextualizar dice tanto sobre nosotros como nuestro relato sobre el cáncer de nuestra madre».
En este sentido, Luna Miguel juega en la ficción con la transcripción y la cita, inventa personajes que nombran autores reales, recoge la historia de la censura de Lolita de Vladimir Nabokov y en esta recopilación inventa recontextualizaciones de la obra, a la vez que se sirve de mecanismos narrativos propios del autor, ya sea la creación de nombres, ya sea la construcción de los machos que recorren el texto. De esta forma, en un ejercicio de semi escritura no-creativa —dado que la autora no se sirve únicamente de lo ya creado, sino que reflexiona continuamente sobre ello—, Luna Miguel aborda con ingenio la cuestión de la identificación con el texto, la necesidad de verse reflejada, el miedo a quedar absorbida por la obra que repugna en sus temas.
Dejarse asquear, somatizar lo leído para resituarlo, releer pese a la amenaza de diluir el yo. Dejarse tocar, sobre todo, dejarse tocar, porque al libro siempre se está llegando y volviendo, como expresa la propia autora:
[…] a los libros siempre se está llegando y de ellos se está siempre regresando, y luego se entra y luego se sale y luego otra vez se vuelve a llegar, porque sin relectura no hay lectura y sin lectura no hay humanidad. Sí.
Incensurable, Luna Miguel
Luna Miguel crea en Incensurable una obra que, como Libro de los Pasajes de Walter Benjamin, se configura como un archivo de archivos, un ejercicio bibliográfico destinado a ser releído una y otra vez para encontrar a otrxs y para recordarse a unx mismx que no está siempre presente, que no debe estarlo y que huir de lo incómodo solo puede colaborar en hacer pervivir esas lecturas simples, vacías y generalmente propias del ojo macho de las muchas Lolitas que componen la literatura. Querer a Lolita, querer lo incómodo, es, como señala Luna Miguel, «narrarla a ella, y no sólo a través de lo que su historia remueve sobre nuestro abuso propio».

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