Mamá, I’m a shooter

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Existe un tipo de historia que siempre da la sensación de que ya se ha contado antes. El decorado y el elenco cambian, quizá sucede en la otra punta del planeta, quizá ni siquiera sucede en este planeta, sino en otra realidad, en una tierra media, futura, paralela o anterior a la nuestra. Es, probablemente, la historia más antigua del mundo, y por ello una de las mejores. Es un viaje, una aventura, la transformación por antonomasia. Ningún relato mediocre sobreviviría tantos cientos de años y ningún rapero mediocre conseguiría narrarlo con elegancia.

Ébano (Valencia, 1992), es precisamente lo contrario a mediocre. Su carrera en la escena del hip hop español ha estado marcada por una visión conceptual bien definida, que se refleja en su lírica impecable y un estilo reconocible, pero no repetitivo, algo que le ha llevado a desarrollar una posición muy sólida como artista, recibiendo elogios tanto de otros artistas reconocidos como de la crítica. Desde el lanzamiento de su primer proyecto en solitario, hace ya catorce años, pasando por su pertenencia al colectivo Madrid 90’s y al dúo Organic Name junto a Zevex, que se mantuvo activo hasta 2019, ha destacado por ser capaz de dotar a sus canciones no sólo de una producción estelar, sino de una sinceridad y crudeza patentes mientras mantiene una gran opacidad en redes sociales y otros medios. Sus colaboraciones con otros protagonistas del rap español, entre las que se encuentran discos tan importantes para esta última década como Istmo (Dano, 2019), BBO (Hoke, 2022) y Tercer Verano del Amor (Nico Miseria, 2021) han demostrado que no sólo cuenta con el merecido reconocimiento de sus oyentes, sino también, y quizá más aún, con el de sus compañeros. 

El 27 de marzo de 2020, trece días después de que se declarara el estado de alarma por la llegada de una pandemia que lo vació todo, Ébano y Louis Amoeba lanzaban Last 2 People on Earth, un disco que parecía invitar a recorrer todas esas calles deshabitadas en silencio, con los auriculares puestos y sin rumbo concreto. A lo largo de las trece canciones que lo componen, el disco cuenta la historia de un camino, una huida, una odisea, una vida. Cuenta la historia de un viaje. Cuenta el viaje del héroe. 

El viaje del héroe

En su obra El hombre de las mil caras (1949), el antropólogo y mitólogo Joseph Campbell acuñó el término “monomito” o “mito único” (en inglés, monomyth), más conocido por la expresión del “viaje/periplo del héroe”, definiendo así el modelo elemental de un gran número de relatos épicos de todo el mundo. El término de Campbell, tomado de una novela de James Joyce, sintetiza la idea de que los protagonistas y héroes de mitos pertenecientes a periodos históricos y regiones del mundo muy dispares comparten una serie de estructuras básicas, pudiendo discernir un desarrollo común de las diversas historias. 

Según Campbell, todos los relatos épicos se adhieren inevitablemente a un método de desarrollo a través del cual su protagonista, el héroe de la historia, deberá superar una serie de obstáculos que se presentarán a medida que vive su aventura o periplo y precisamente a través de ellos se irán definiendo aspectos claves de su personalidad, otorgando mayor profundidad al personaje y ahondando en sus relaciones con su entorno. Dicha aventura, cuyas características pueden ser enormemente variadas, estará marcada por pérdidas personales, retos y, posteriormente, por recompensas, dando paso a un final satisfactorio que permite el regreso del protagonista a su hogar dejando atrás a su yo inicial, reforzado y cambiado. Basándose en la obra de Campbell, el escritor y profesor Christopher Vogler publicó El viaje del escritor: las estructuras míticas para escritores, guionistas, dramaturgos y novelistas (1992), una obra que se ha convertido en un popular manual de escritura de guiones en el que el autor disecciona las estructuras narrativas y los personajes arquetípicos a través de las alegorías mitológicas. Es en este manual en el que Vogler propone lo que para él son las once fases fundamentales del viaje del héroe, divididas en tres grandes partes: la salida, la iniciación y el retorno. 

El protagonista del relato pasará por cada una de las fases que configuran su historia y evolución como personaje, desde la descripción inicial de su entorno ordinario y su salida hacia lo desconocido hasta su regreso triunfal. Sin embargo, la historia narrada por el álbum Last 2 People on Earth no nos presenta a un héroe tradicional como protagonista, sino a su contraparte: la figura del antihéroe. Este personaje se aleja de la idea tradicional de protagonista, mostrando defectos evidentes y con intenciones más que cuestionables, presentando un contexto moralmente mucho más complejo al habitual. De esta manera, a lo largo del álbum se subvierten las dinámicas tradicionales de la evolución del protagonista, consiguiendo que las letras de Ébano, acunadas por la producción estelar de Louis Amoeba, transmitan el relato de una vida de altibajos, de un camino hacia la noche. El relato de una huida hacia delante.

El elegido

La canción Born In Jail presenta la escena del “mundo ordinario” del protagonista, el lugar donde ha nacido y se ha criado, el lugar donde resuena el eco de la predestinación. La clase social, la cárcel de barrotes invisibles. Esta idea choca frontalmente con el arquetipo de la transformación personal, ya que, de alguna manera, el protagonista conoce su final incluso antes del comienzo, un final del que tratará de huir a toda costa, sin darse cuenta de que no hace más que acercarse a él. Seguida de Joven Jugador, ambas conforman la presentación del entorno del protagonista, condenado a llevar una vida que no sabe siquiera si desea, porque no conoce otra. 

Aquí quien lleva el arma lleva la razón

Cada mañana el panorama es desolador

Cierra la persiana, para nada quiere ver el Sol

Miedo a las miradas y las caras dentro del vagón

Con capucha puesta mira al suelo, reza una oración

Joven jugador, él ya lo perdió todo y nunca le importó

Joven Jugador

La tercera canción, Bandolero, marca el comienzo de una etapa de profundo cuestionamiento para el protagonista, que no tiene maestros para guiarle ni tampoco alternativas a lo que reconoce como propio y habitual, alternativas para la prisión en la que ha venido al mundo, el estilo de vida que ha nacido para encarnar. La violencia que apuntala las dinámicas en las que participa le empuja hacia un mar de dudas, resignación mezclada con llamadas de socorro que toman forma en los dos temas siguientes: Dónde Estás? y Mula

Estés donde estés                                                       

I’m feeling like I’m dead, fucking on the hell

Encima de otra piel, encima de otro cuero

Pero es a ti a quien quiero, joder, a quien quiero

ver arder en el fuego

Pero no puedo volver entero (…)

Con la pistola dentro de la Biblia

Bandolero

El primero de ellos es una pregunta tanto para quien ama como para sí mismo: ¿dónde estás? En los primeros pasos de este camino, de esta búsqueda de sentido, la soledad es como el viento helado: corta los labios y enrojece la piel, hace que los ojos se cierren, imaginando una mano extendida donde no hay nada. Envidiando al cigarro sobre el que posa sus labios. «I can see through your eyes (Dime, ¿dónde estás?) Mon amour, mon amour (¿Dónde estás?) «

Lo que sigue a este cuarto tema es una plegaria en la forma del Salmo 88, la oración de quien se siente desamparado y se pregunta si, pese a sus pecados, será perdonado, si la misericordia será infinita. Este rezo da paso a Mula, el símbolo de la transformación de quien rogaba desesperado. Es el cruce definitivo del umbral, el momento en el que el protagonista toma una decisión que, en realidad, nunca fue suya. 

Oh Señor, Dios de mi salvación

A ti clamo de día, de ti vengo de noche

Mi vida está llena de dificultades

La muerte se acerca (…)

Mula, brilla bajo la luna

La barriga llena pero sigue en ayunas

El tiempo vuela como arena de duna

Y si cruzas la frontera doblegas la fortuna (mira la cobertura)

Mula

Tras cruzar la frontera, el protagonista, irremediablemente, tendrá que superar pruebas, hacer aliados y enemigos, como cualquier héroe clásico. Los temas que siguen, Plaza Roma y Follow Mix, son el relato de un fugitivo. Sabiendo que no hay escapatoria, solo puede seguir hacia adelante. Desde el DF hasta Nou Moles, huyendo de todos, zafándose de la autoridad como Maradona se zafó de Reid y Butcher, siempre escondido, siempre rápido, sabiendo desde siempre cuál va a ser su destino. El capítulo termina con una invitación clara: follow me

No dejes que te cojan, te aprieten las esposas (Eh)

Más vale que corras

Follow Mix

Pese a la agilidad del protagonista, la fuga no puede durar para siempre. En este momento de lo que constituye el nudo del relato, después de haber cruzado la línea, el antihéroe llega al calvario, al momento de enfrentarse a pruebas cada vez más duras, a la prisión real o figurada que se cierne sobre él a lo largo de los tres temas siguientes: Tout le MondePeligroso y No Justice. Mientras que el primero de ellos es una canción dominada por la frustración de quien vuelve a sentir el peso de sus cadenas, recreándose en la simbología carcelaria de los temas que lo preceden, Peligroso actúa como un recordatorio de por dónde se mueve, aunque lo haga bien. Sin dejarse llevar por el brillo de lo nuevo y sin olvidar dónde acaban los valientes. 

La sangre huyendo de la carne

Fluyendo sobre el suelo cae el acero inoxidable

Recuerdo cuando nos sentíamos intocables

Saldremos del infierno con los pies por delante

Tout le Monde

No Justice, la parte final de este tríptico de sufrimiento, es el momento en el que el protagonista observa todo lo que ha perdido, rezando sin fe ante la piedra maciza del nicho. Recuerdos de lo que podría haber sido, pero nunca fue, de los primeros golpes. Sentado sobre sábanas ásperas, pensando en instantes suaves. De cabeza al abismo una vez más. 

Los recuerdos vuelan como el viento

Siempre que te sueño me despierto

No Justice

Este momento nostálgico marca el final de la fase de iniciación, dando paso a lo que debe concebirse como un retorno del protagonista, que, en el estilo tradicional, tras haber sido recompensado por sus sacrificios y fortaleza, emprendería el camino a casa, al hogar en el que le esperan.

Sin embargo, la recompensa descrita en el antepenúltimo tema, Rey, resulta ser un veneno teñido de oro, la chulería impostada de quien se sabe el líder de algo muy frágil. Contradiciendo lo que debería ser el regreso triunfal de un héroe clásico, para el antihéroe la recompensa encierra otra penitencia. Liderará el modo de vida que le llevará a su muerte rodeado de otros supervivientes, ya no queda nadie de los que deberían haberle guiado. El penúltimo tema, Overdosin, es un capítulo despiadado, el capítulo en el que los ojos del final están clavados en la nuca de los que siguen huyendo de los grilletes, que lo hacen sin saber que corren en círculos. 

No te engrillen, no te esposen

La charola apunta al córtex

Se evaporan to’ los problems (…)

Hombres libres, libres hombres

A placed called home pero ¿dónde estáis?

Overdosin

El inicio suave de No Gifts Allowed, el último tema, marca el final de esa eterna fuga. Otra historia mostraría a su héroe resurrecto, habiendo vencido sus adversidades gracias a su experiencia, transformado en un nuevo ser. Pero el susurro de nuestro protagonista está lleno de derrota, de resignación mezclada con consejos y ruegos, de mirar al destino con familiaridad. La muerte como un viejo conocido. Hablará desde el otro lado con las luces siempre puestas, no estarás sola

Nena no me llores 

No me traigas flores

Mi nombre en tus oraciones

El tuyo en todas mis canciones

Ahora que los guantes están colgaos

Y el cinturon alguien te lo ha quitao’

Solo te queda ese rostro marcao’

Ciao, nos vemos en el otro lao (…)

Nena ¿por qué lloras?

Dime si estás sola

No Gifts Allowed

Casi exactamente un año y un mes antes del lanzamiento de Last 2 People on Earth, el rapero Dano contó con la participación de Ébano en uno de los temas de su propio disco, Istmo, lanzado en febrero de 2019. En la canción La Lluvia y el Sol, Ébano acompaña a Dano a lo largo de una letra que refleja el desaliento mientras se mantiene la más mínima esperanza, la posibilidad de que todo mejore escondida detrás de los autorreproches. Y entre esa pesadumbre, entre esos versos, Dano le habla a él directamente, a quien niega ser un cantante, dándole una esperanza entre la resignación. Dándole una profecía que nadie sabe hasta dónde puede llegar. 

Tienes un don, hermano; tienes que compartirlo, inténtalo. En serio, inténtalo de una vez, que todo el mundo sepa que eres el elegido. 

Dano

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