Presentamos cuatro textos perfectos para familiarizarse con la dramaturgia
El teatro es uno de los géneros literarios menos leídos. Claro que la obra en sí, se disfruta sobre las tablas, pero, muy a menudo, nos olvidamos de las bondades de leer los textos en sí mismos. En la pasión de las representaciones teatrales, solemos pasar por alto detalles de un valor incomparable de los que podríamos disfrutar si acudiésemos al libro. Te presentamos cuatro ejemplos de obras de teatro que merece la pena leer:
El chico de la última fila – Juan Mayorga (2006)
Juan Mayorga es probablemente el dramaturgo español más conocido en la actualidad. Su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas y han sido representadas en los mejores teatros. Su producción ha sido galardonada por los foros más relevantes: Ojo Crítico, Valle-Inclán o los Premios Nacionales de Teatro. De hecho, en el año 2022 se le concedió el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
En El chico de la última fila, Mayorga nos cuenta la historia de Claudio. El joven es un estudiante de secundaria que no participa en clase, no interactúa con sus compañeros y no destaca en ninguna asignatura, excepto en matemáticas. Su vida cambia cuando el profesor de Lengua y Literatura le manda una redacción sobre su fin de semana. Al hacerlo, Claudio empieza a transformarse en todo un escritor que se dedica a crear historias para un lector en específico.

El abanico de Lady Windermere – Oscar Wilde (1892)
Oscar Wilde fue reconocido como uno de los mayores escritores de su tiempo desde que comenzó a escribir, hecho que hizo aún más impactante su caída. Su obra pasó del cinismo encantador y burlesco de El retrato de Dorian Gray o La importancia de llamarse Ernesto a la profundidad metafísica y existencial de De profundis. Es el gran defensor del arte por el arte, de la estética y la belleza como bien en sí mismo. Fue atacado por los sectores más conservadores por su visión revolucionaria y por su relación homosexual con Sir Alfred Douglas, que le valió su ingreso en prisión.
Lady Windermere sufre la infidelidad de su marido y decide abandonarle para unirse con Lord Darlington, un hombre que la pretende con una pasión sin comparación. El abanico es encontrado por Mrs. Erlynne, que tendrá que sacrificar su reputación para salvaguardar a la primera. Durante toda la obra el engaño se va tejiendo entre todos los personajes, ninguno de ellos es capaz de la más mínima sinceridad. El hecho de que el lector sepa todas las mentiras y los personajes no es uno de los aspectos que convierten El abanico de Lady Windermere en una obra tan disfrutable.

Noche de guerra en el Museo del Prado – Rafael Alberti (1956)
Rafael Alberti fue uno de los poetas más reconocidos de la Generación del 27. Más desconocida es su aportación al teatro. Con su primer poemario, Marinero en tierra, obtuvo el Premio Nacional de Literatura. También fue galardonado con el Premio Cervantes y el Premio Lenin de la Paz. Sus poemarios Sobre los ángeles, Cal y canto o Sermones y moradas forman parte de las páginas más importantes de la poesía contemporánea.
Noche de guerra en el Museo del Prado está ambientada en noviembre de 1936, durante la Guerra Civil Española. Las fuerzas de la República se afanan para proteger de los bombardeos las obras del museo en los sótanos. De pronto, los personajes de Los fusilamientos del tres de mayo de Francisco de Goya cobran vida y se deciden a formar una barricada para defenderse. Lo más relevante de la obra es que, mientras los personajes batallan contra quien creen que es Napoleón, el lector sabe que quien en realidad les ataca es el General Franco. Una semblanza que nos hace reflexionar sobre la universalidad de la maldad y la tiranía.

Prometeo encadenado – Esquilo (S. IV a. c.)
Esquilo es comúnmente considerado como el padre del teatro en la Antigua Grecia. De sus obras, estimadas en torno a las 90 tragedias, sólo se conservan siete. Aun así, tal es la calidad y resonancia de la producción del griego que el lector contemporáneo no tiene que esforzarse demasiado para poder disfrutar de él. Además de Prometeo Encadenado, pueden leerse La trilogía de Orestía, Las suplicantes, Los persas y Los siete contra Tebas.
Partiendo de su mito, Prometeo roba el fuego a los dioses para entregárselo a los mortales y es condenado por Zeus a estar perpetuamente encadenado en una roca del Cáucaso, en la que un águila devorará su hígado todos los días, tras regenerarse durante la noche. Allí comienza la acción de la obra, el titán se resigna a soportar su castigo, negándose a revelar un secreto que haría caer al Dios de los dioses.


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